—Helvecio. El desarrollo de las ciencias, emancipando al hombre de la obediencia servil a la religión y al uso, condujeron a la elaboración de las bases de la moral mediante el conocimiento experimental con mucho más vigor que el que la dialéctica de los sofistas podía darle. Luego tuvieron lugar otras persecuciones, más feroces aun, contra los judíos no tan sólo antes, sino también después de la rebeldía de Judea (años 66–71 de nuestra era). [102], Desarrollando las ideas de Bacon y Bayle. Enseña la ruta hacia la nueva Ética, hacia la moral del porvenir, que en lugar de dividir a los hombres en amos y esclavos; en gobernantes y gobernados, será la expresión de la libre colaboración colectiva de todos para el bien común, único medio para establecer sobre la tierra el reino, no ilusorio sino real, del Trabajo y de la Libertad. Pero faltó el sentido moral, la fuerza suficiente para impedirlos. The Greek philosophers onwards, theorized much about moral conduct, which led to the development of ethics as a philosophy. Como la necesidad de alimentación, albergue y sueño, estos instintos son de conservación. Si ello no es una simple casualidad ¿a qué es debido entonces? En nombre del respeto a Dios se desarraiga el respeto debido al hombre y la idea de la justicia sucumbe, lo que conduce a la disgregación de la sociedad. [38] Sobre la gran multitud de los antepasados muertos, Elías Reclús, hermano del geógrafo, ha escrito un pequeño pero substancioso libro, rico de hechos y de pensamiento, titulado Los primitivos (F. Granada y Cía. En 1624, siendo profesor de Filosofía en el sur de Francia, publicó en tono polémico una obra latina contra las doctrinas de Aristóteles, que predominaban a la sazón en las escuelas eclesiásticas. 163 y siguientes). Así, pues, Adam Smith repudió el origen sobrenatural de la moral. Gracias a estas dos aspiraciones, afirmaba, se elaboran dos virtudes sociales de capital importancia: la Amistad, es decir el amor hacia los demás (ahora diríamos sociabilidad) y la Justicia; pero no concebía la justicia en el sentido de la igualdad de derechos. Cada uno pudo abrigar la esperanza de figurar entre los escogidos. Luego en el Imperio romano desarrollaron la misma doctrina Séneca (54 a. de J. C. —36 d. C.), Marco Aurelio (121-180 después de J. C.) y sobre todo Epícteto (fin del siglo I y principios del II). Nos damos cuenta de que poseemos más ideas y más afectos, más alegrías y más lágrimas que las que son precisas para nuestra conservación, y las compartimos con los otros sin pensar en las consecuencias. Estas sociedades, en los primeros tiempos de su existencia, mantienen la igualdad y no permiten a los individuos aislados enriquecerse o ejercer la autoridad. Es la ley de la vida. Los placeres pueden ser, según Locke, físicos y morales. Demostró por el contrario que la razón humana, aun sin la intervención del temor de un ser supremo o de los gobernantes, inevitablemente empuja al hombre a trabar relaciones morales con sus semejantes y a encontrar en ello una mayor felicidad, pues representa la satisfacción de una exigencia de su entendimiento libre y pensante. Pero de ella Platón no sacó las conclusiones lógicas y concretas que se imponían. Las inclinaciones morales existen también entre los animales sociales, pero la moral, en tanto que es un resultado del instinto, del sentimiento y de la razón, es propia únicamente del hombre. La virtud es el mejor medio para alcanzar la felicidad y si el hombre vacila en el momento de actuar en tal o cual sentido lo mejor es seguir el camino de la virtud. Nació el proletariado industrial, el cual empezó a formular sus reivindicaciones. I, pág.. 270, edición Bohn's Library). Spencer no responde a esta pregunta. Su entierro constituyó la última manifestación permitida del anarquismo en la Unión Soviética. Epicuro. Pero a medida que se arraigan las relaciones de igualdad y de justicia en las sociedades humanas va preparándose el terreno para el refinamiento de las mismas. En efecto, con mucha frecuencia el hombre va hacia ellos —y a veces el riesgo es muy grande— ocurriendo esto en todas las edades, incluso en la vejez, únicamente por el amor a la lucha y al riesgo mismo. [154] Spencer se sirve de la palabra Estado para señalar todas las formas sociales, pero en realidad esta palabra debería aplicarse sólo a las sociedades centralizadas, y con un régimen jerárquico, que se formaron ya en Grecia, después de Filipo y Alejandro de Macedonia, en Roma hacia el fin de la República y en Europa a partir de los siglos XV y XVI. Después de estas tentativas revolucionarias, unos diez años más tarde, tuvo lugar una gran transformación en las ciencias sociales, cuyo resultado fue la creación de una nueva teoría: la evolucionista. La misma tendencia se hizo notar con gran fuerza en las ciudades libres de la Edad Media, sobre todo después de su emancipación del yugo de los señores feudales. Esta regla es tan sólo la expresión de la justicia y de la igualdad de derechos. De las posibilidades de realización de los ideales se ocupa Guyau en términos poéticos e inspirados. Este grupo ha ejercido una influencia más o menos directa sobre todas las teorías morales escritas hasta nuestros días. Por otro lado, la Ética no debe ser atacada y debilitada por el temor de que niegue el egoísmo estrecho. La igualdad de sueldos y jornales —escribió— conduce al comunismo: luego viene la teoría de Ravachol, según la cual cada uno puede apoderarse de lo que le gusta y suprimir a todo lo que se presenta en el camino. En una palabra, cómo se elaboró la moral, la Ética. Si esta discusión ha degenerado en un conflicto y los adversarios han llegado a las manos, ambos se empeñarán en afirmar que el primer golpe fue tan sólo una respuesta a un grave insulto: y cada golpe siguiente estará explicado como respuesta a un golpe del adversario. Esta cualidad no puede naturalmente ser exigida de todos. Predicó estas ideas con tanto ardor y fervor que sus escritos alcanzaron una influencia enorme no sólo en Francia sino en toda Europa. [44] La conservación del fuego tiene una gran gravedad. Aspiró a emancipar a la humanidad del dominio que ella ha ejercido y no reconoció ni el origen divino ni la influencia benéfica de la Iglesia. En general, Shaftesbury se expresaba con gran libertad sobre la religión y el ateísmo. Quien al actuar invoca la autoridad de que dispone traiciona su conciencia moral. La justicia es para Proudhon no sólo una fuerza social reguladora sino que la concibe como una fuerza creadora igual que la razón o el trabajo. Además la fórmula de Kant es en sí misma falsa. [17] La incapacidad de una hormiga, un perro o un gato para efectuar un descubrimiento o encontrar la solución justa en una situación difícil —en lo que insisten ciertos autores— no constituye, ni mucho menos, una prueba de una diferencia esencial entre las capacidades humanas y animales; además, esta falta de sentido de orientación y de espíritu inventivo se observa también con frecuencia en el hombre. Escrita en un lenguaje sencillo, sin la terminología bárbara de los filósofos alemanes, no envolvía sus ideas fundamentales con una niebla de frases metafísicas que a veces impiden al propio autor darse cuenta exacta de lo que quiere decir. —La Ética de Spinoza. Vemos en ese libro cómo los conceptos morales de aquellos tiempos revestían el mismo carácter que observamos hoy entre los salvajes. En cuanto al Estado, a pesar de que estuvo desde época muy lejana bajo la protección de la Iglesia, los pensadores más avanzados del siglo XVIII le atribuyeron un origen terrenal, puesto que nació según ellos a raíz de un contrato social. No se contentaron con la descripción de los astros y de sus evoluciones, del trueno, del rayo, de las estrellas fugaces, de las plantas y de los animales. WebDisponible ahora en Iberlibro.com - Hardcover - Traducción de Nicolás Tasin y prólogo por N. Lebedeff. Ya los primeros pensadores de tendencias metafísicas comprendieron, y este fue su gran mérito, que era imposible buscar la explicación de los fenómenos naturales en el arbitrio de seres supremos. No cabe, por otra parte, poner en duda la influencia de las ideas e ideales sobre las concepciones morales ni tampoco la que éstas ejercen sobre la imagen intelectual de cada época. —Desarrollo del instinto de comunidad. Pero esta base no puede consistir en las aspiraciones a la utilidad personal, puesto que la mayor felicidad se realiza mediante el acuerdo de las aspiraciones del individuo con las de los demás. La primera mitad del siglo XIX ha producido en la Filosofía el positivismo, en la ciencia la teoría evolucionista y toda una serie de magníficos descubrimientos —sobre todo durante los años de 1856 a 1862[121]— y por fin en la Sociología el socialismo así como la moral libre, no impuesta por el temor o por la fuerza sino procedente de la misma naturaleza humana. Etica Minima. Todos los derechos reservados. Luego agrega: La teoría de los sentimientos morales innatos es por cierto falsa, pero ella nos lleva a una verdad más alta, a saber: que los sentimientos y las ideas que se forman en la sociedad se adaptan a la actividad que en ella prevalece.[191]. Muy sugestivos son los capítulos dedicados al estudio del egoísmo y del altruismo. Los conceptos de virtud y vicio son concepciones zoológicas y no solamente humanas. El escaso desarrollo del individuo y la carencia de fuerza creadora personal y de iniciativa constituyen, sin duda, uno de los principales defectos de nuestra época. Epicuro vivió siempre rodeado de amigos y discípulos. WebOrigen y evolución de la moral es su libro póstumo, en el que sienta las bases de la moral emancipada de la religión, para crear una moral social, una ética de la solidaridad, en la … Con este fin escribió su obra La Justicia en la Revolución y en la Iglesia. Schopenhauer (1788-1860) — Su doctrina ética es muy diversamente apreciada por los varios escritores que se han ocupado de ella y muy discutida es asimismo su obra en general. El primero de ellos —el instinto de la ayuda mutua— aparece como el más fuerte, mientras el último, desarrollado en último término, se caracteriza por su debilidad y su carácter menos universal. Spinoza provocó con sus doctrinas un gran odio en el campo de los teólogos, por ser su obra un repudio del dualismo que defendían aquéllos, en virtud del cual Dios es la encarnación de la justicia eterna, mientras que el mundo creado por Dios es la negación misma de la justicia.[86]. Las finalidades son distintas. Esta obra influyó en alto grado sobre todos los pensadores de la segunda mitad del siglo XVIII. Son los diversos intentos de justificación de las normas y practicas morales. Fuera de Dios no hay otra substancia concebible (Ética, parte I). Lo que no les ha impedido traicionar a la justicia y aun el Régimen del terror y el mismo Robespierre —quizás más que todos— la han traicionado.[129]. Aristóteles comprendía además sin duda su significación moral, puesto que enseñaba que sólo la justicia entre todas las virtudes parece consistir en un bien útil a otra persona. En general, empero, se puede decir que todo trabajo útil puede o podrá convertirse en un placer. Pero no escribió una sola palabra sobre la igualdad de derechos entre los hombres y ha hablado sólo de la justicia en tanto que ésta emana de los tribunales, pero sin prestar atención a un concepto de justicia más elevado. Hay asimismo normas que determinan los derechos y las relaciones personales: la división de la tribu en secciones, el sistema de las relaciones matrimoniales admisibles, las normas para la educación de la juventud, que entre los salvajes del Pacífico tiene principalmente lugar en las llamadas cabañas largas, el tratamiento de los ancianos y de los recién nacidos y, en fin, medidas preventivas contra los conflictos agudos, por ejemplo contra los actos de violencia dentro del clan o entre varias tribus, y sobre todo reglas especiales para el caso en que el conflicto amenacen una guerra. Para una mujer es vergonzoso no saber coser, bailar y en general ignorar lo que constituyen los deberes femeninos; también es una vergüenza acariciar al marido en presencia de extraños y aun hablar con él.[43]. Además, junto con Shaftesbury, atribuía extrema importancia en la formación de la moral al sentimiento de armonía, al deseo de perfección, al desarrollo completo de la naturaleza humana y al sentido estético de la belleza, que conduce en conjunto a la evolución perfecta de la personalidad, pensamiento este que, como es sabido, desarrolló luego Guyau en forma admirable. En estos principios vemos, en forma lacónica y clara, las ideas de Hobbes y Locke, desarrolladas por los pensadores franceses del siglo XVIII. De esta capacidad nace, según Schopenhauer, el sentimiento de compasión que es la base de la moral y la fuente de todos los actos éticos. Fijaos en la Naturaleza. Al concluir su estudio, Spencer trata de probar hasta qué punto es absurda la pretensión de los legisladores de suprimir, mediante las leyes, la variedad de los caracteres humanos; aun en nuestros tiempos, dice, se emplean, para llegar a la uniformidad, medios criminales, como los que se emplearon en otra época para imponer a los hombres tal o cual fe, lo que no impide a los pueblos cristianos, con sus innumerables iglesias y su clero, ser tan bélicos y agresivos como los salvajes. En las ciudades los gremios o corporaciones de artesanos y comerciantes, que dieron lugar más tarde, en la Edad Media, a la constitución de las ciudades libres. Epicuro no previó fines morales como la igualdad de los derechos de todos, ni la abolición de la esclavitud. —Hutcheson y la escuela escocesa. Aristóteles atribuyó a la razón una mayor importancia, aunque señalándole ciertas limitaciones. Sería por supuesto deseable que la regla de nuestra conducta pudiera convertirse en una ley general. Bentham sometió el régimen social de su época a una crítica severa. [273] Al hacerse esta corrección una costumbre, se desarrolla el antes mencionado concepto de justicia. ¿Por qué la conducta y el modo de pensar de los demás nos provoca placer o disgusto? — Examinaremos ahora los trabajos de los pensadores que se han ocupado de la Ética desde el punto de vista evolucionista. La justicia no tiene valor en sí: existe sólo en los pactos mutuos. Spencer tenia, por supuesto, razón al señalar su desacuerdo con Comte; pero se encontraba, a no dudarlo, bajo la influencia del fundador del positivismo, a pesar de la honda diferencia entre los dos filósofos. No se contentó con la indicación general sobre el origen de los sentimientos morales, sino que al contrarío dedicó la mayor parte de su trabajo a estudiar cómo ha podido desarrollarse tal o cual idea determinada, siempre basándose en la simpatía como punto de apoyo para sus razonamientos. Constituye una reacción contra la Revolución francesa y la filosofía de los enciclopedistas, así como contra las ideas atrevidas expresadas por Godwin en su libro sobre la Justicia Política. No trataré de exponer su doctrina porque para ello sería preciso un lenguaje metafísico que sirve sólo para oscurecer las ideas. Y Bentham insistió en la realidad de este sacrificio, porque se daba cuenta de que, sin esta corrección, la concepción ética de los utilitaristas se encerraba en un callejón sin salida. [110] Pero en ninguna parte de su obra dio a la justicia la importancia fundamental que tiene en la elaboración de los conceptos morales. El primer sentimiento que nace en los salvajes es el miedo de provocar la cólera de sus compañeros; después nace el miedo ante el jefe, generalmente jefe militar y guerrero al cual hay que obedecer durante la lucha; por fin el miedo ante los espectros, los muertos y los seres sobrenaturales que, según ellos, intervienen en los asuntos de los vivos. 85). De un modo más completo que Sócrates expuso estos conceptos, animándolos con su concepción idealista de la moral, su discípulo Platón (428-348 antes de nuestra era). Basándose en los trabajos de Buffon y posteriormente de Cuvier, que confirmaban la teoría de Lamarck sobre la evolución progresiva de las especies animales inferiores en especies superiores —aunque Cuvier mismo, por motivos reaccionarios, rechazó esta opinión— Comte insistió en la necesidad de un estudio histórico en el campo de la Antropología —ciencia que se ocupa del hombre en su aspecto físico— y de la Ética, parangonando estos estudios con los de Anatomía comparada en los dominios de la Biología. La justicia es producto indispensable de la vida social. Capítulo I. Necesidad contemporánea de desarrollar los fundamentos de la moral, Capítulo II. ¿Pero en qué reside esta capacidad que nos eleva tan por encima de nuestras necesidades habituales? Este ideal empezó a tomar formas concretas tan sólo en el siglo XVIII. Las concepciones morales de los pueblos primitivos, Capítulo V. Evolución de las doctrinas morales. Shaftesbury hablaba con ironía mordaz de Hobbes y de los demás defensores de la explicación egoísta de la vida. (Levítico, XIX, 34). Por eso lo justo es idéntico a lo útil. Más tarde, en el grado consiguiente de la evolución, cuando la vida social adquiere un nivel más elevado, es la opinión pública —constituyendo un gran apoyo para el sentido moral— la que indica al hombre cómo hay que actuar para el bien común. Se afirma que todos ellos carecen de la autoridad necesaria y no pueden, por consiguiente, despertar el sentimiento del deber, de una obligación moral. La consolidación del sentimiento de sociabilidad ha sido facilitada por la conciencia y la comprensión de la vida social, es decir por la actividad de la razón. [35] Como ha dicho muy justamente Fouillée, todo razonamiento tiende a hacerse más y más objetivo, a renunciar a las consideraciones personales y a pasar poco a poco a consideraciones de orden general. La moral empezó a entenderse como sistema de leyes y normas que dan sentido valorístico a la condición humana. En primer lugar ha estudiado la sociabilidad entre los animales: el contacto continuo que los relaciona, las advertencias mutuas y la ayuda que se prestan durante la caza y en caso de defensa contra los enemigos. En nuestros días lo primero que la Zoología enseña a nuestros hijos son las descripciones de las bestias feroces: leones y tigres. pág. Para ser feliz hay que tener valor, elevación de alma, heroísmo. [130] Añadiré tan sólo que justamente lo mismo encontramos en las reglas de vida de las sociedades salvajes. Cierto es que los pieles rojas de América exterminaban, sin necesidad alguna, a los búfalos, pero ha sido recién después de un largo contacto con la raza blanca y después de haber tomado conocimiento del fusil y el revólver. En este punto Spencer es un continuador de Godwin, que es el primer teórico de la doctrina antiestatista calificada hoy día de anarquismo. Así lo hizo Génova en el siglo X. Poco a poco la emancipación de los centros urbanos y la creación de ciudades libres se propagó por toda Europa, en primer lugar por España e Italia, luego en el siglo XII por Francia, Holanda, Inglaterra y por fin en toda la Europa central, Bohemia, Polonia y el noroeste de Rusia, donde Novgorod y Peskow, con sus colonias en Viatxa, Vologda, etc., existieron como ciudades libres y democráticas durante varios siglos. Según Platón y Sócrates lo que constituye la verdadera fuerza motriz de toda moral es el conocimiento del bien. La flor ha de hacer necesariamente eclosión, aunque ello le cueste la vida, ha dicho Guyau en su obra La moral sin obligación ni sanción. A pesar de su esencia, la Religión se hace aristocrática y en el cristianismo (como en las demás religiones anteriores), se llega hasta la humillación de la dignidad humana. En su obra De Legibus naturae disquisitio philosophica publicada en Londres en 1671, exponía los siguientes conceptos: El bien de la sociedad es la ley moral suprema. Según dice muy justamente Jodl, Spinoza es quien con mayor profundidad ha penetrado en los dominios de la Ética. En otras palabras —como escribió Spencer a Mill— el sentido moral fundamental en la humanidad, que es el resultado de la experiencia acumulada y heredada, se refiere a la utilidad de ciertas relaciones recíprocas. Este sentimiento hondamente arraigado en la naturaleza de los animales, tal vez explica las guerras continuas entre varios grupos y especies de animales, así como de hombres. Las demás obras que tratan el mismo problema —sobre todo el admirable estudio de Espinas, Les sociétés animales— están mencionadas en el Prólogo a mi libro La Ayuda Mutua. En el segundo del sentimiento de amor al prójimo. Cuando se le objetaba que en la sociedad contemporánea, dividida en clases y castas hostiles entre sí, no podía darse una Ética única, respondía que toda Ética, burguesa o proletaria, se funda sobre una base étnica común, cuya influencia sobre los principios de la moral de clase o de grupo, es, a veces, grande. Ya en un documento tan ancestral como el Antiguo Testamento encontramos la regla: no practiques venganza ni guardes cólera contra los hijos de tu pueblo; ama a tu semejante como a ti mismo. La vida social, es decir, no el yo sino el nosotros, he aquí el sistema natural de la vida. Se necesita, naturalmente, mucho tiempo para que la mayoría de los miembros de la sociedad se acostumbren a someter sus inclinaciones inmediatas a las consideraciones sobre las consecuencias más o menos lejanas de dichos actos. Después de haber llegado a este grado de comprensión de la belleza, dice Platón, el hombre verá algo admirablemente bello por su naturaleza, la belleza eterna que no ha sido creada, que no puede perecer, que no crece ni decrece, que es incambiable en todas sus partes, en todos los tiempos, bajo todos los puntos de vista, en todos los sitios y para todos los hombres. Y este sentido del deber, es decir la conciencia moral, Darwin lo explica únicamente desde el punto de vista de la ciencia natural —una explicación— que según él, no había proporcionado hasta entonces ningún escritor inglés.[15]. [161] La moral, escribía Guyau, no es otra cosa que la unidad (integración), la armonía interior del ser humano, mientras que la inmoralidad consiste en la contradicción entre las varias capacidades humanas, que en este caso se rechazan mutuamente. Naturalmente, combatimos la forma metafísica que reviste la ley de Kant, pero al fin y al cabo su esencia —que Kant desgraciadamente no ha expresado— no es otra cosa que la justicia, la igual justicia para todos (équité, equity). Asimismo la razón contribuye al desarrollo de nuestra personalidad respetando las particularidades individuales. Según la opinión muy justa de Spencer, la Ética debiera ser una sección de la Filosofía general de la naturaleza. Todo el género humano, durante miles y miles de años, ha sido educado en este sentido y si a veces el hombre olvida sus buenas cualidades, más tarde vuelve indefectiblemente a ellas. Es por esta razón que sería más justo decir que la Ética persigue el desarrollo de las costumbres sociales y la reducción de los egoísmos estrechamente personales, que por cierto no consiguen su fin, es decir, el bien personal; el trabajo en común, en cambio, la ayuda mutua conducen a muy buenos resultados, tanto en la familia como en la sociedad. Los gastos de envío, la fecha de entrega y el total del pedido (con impuestos) se muestran al finalizar la compra. [81] La revolución inglesa empezó en 1639. Desafortunadamente, muchas personas  aveces han influenciado conductas deshonestas, irrespetuosas, con falta de valores; por ejemplo  los programas televisivos en los cuales, se pueden apreciar ciertas faltas de respeto que, paradójicamente, lejos de reprobarse esas actitudes, causan hilaridad. Locke fue muy claro en la expresión de las bases de la moral y por esta razón sirvió con Descartes de guía a toda la Filosofía subsiguiente, desde la Filosofía metafísica de Kant hasta el utilitarismo inglés, el positivismo de Comte y aun hasta el materialismo contemporáneo. La evolución de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Ética en el pasado; Remontarse al pasado implica una remembranza de ideas, enseñanzas, consejos o máximas de las personas a las que en nuestro trayecto por la vida hemos conocido. De todos modos, según Spencer el sentido moral en el hombre no constituye el desarrollo posterior de los sentimientos de la sociabilidad que habían existido ya entre los antepasados del hombre. También pasmaban al hombre primitivo las bandadas de peces con sus peregrinaciones en masa y con sus exploradores que previamente estudiaban las rutas. Nuestro sistema de seguridad de pagos encripta tu información durante la transmisión de datos. Su doctrina viene a quedar colocada entre la Filosofía especulativa de los antiguos y la científico-natural del siglo XIX. A pesar de todas las persecuciones que los cristianos sufrieron en el Imperio Romano y de la escasez de comunidades cristianas, durante los primeros siglos, el Cristianismo siguió conquistando los espíritus, primero en el Asia Menor, luego en Grecia, Sicilia, Italia y en general en toda la Europa occidental. Como conclusión de su estudio hace notar el hecho de que todas las religiones se han visto en sus comienzos obligadas a respetar y proteger los usos y costumbres útiles. [30] En cuanto a las que viven —por lo menos ahora— completamente aisladas (como por ejemplo los tigres), también observan la misma ley: no se matan entre sí. Aun en nuestros días los salvajes primitivos casi no pueden concebir lo que es la personalidad, el individuo. (V. 3). También explica la coexistencia de dos leyes morales distintas entre las gentes civilizadas. Kant procuró aclarar este pretendido error del pensamiento con una explicación que muestra a las claras la base de toda su Filosofía del conocimiento. [4] Véase: Fouíllee, Le mouvement idéaliste et la réaction contre la Science (2a edición). Algunos de ellos llegaron a predicar la fraternidad universal, pero no por eso combatieron el individualismo, la liberación de las pasiones y la renuncia al mundo. Barcelona, s.a. (c. 1920 - ). El hombre no tiene ya necesidad de revestir con ropajes de superstición sus ideales de belleza moral y su concepción de una sociedad basada sobre la justicia; no tiene que esperar la reconstrucción de la sociedad de la Suprema Sabiduría. Todo esto obedece, según Spencer, a que los hombres no distinguen entre la justicia y la beneficencia.[390]. En la segunda mitad del siglo XIX el estudio de la evolución de las instituciones sociales humanas hizo posible por vez primera comprender en toda su importancia la evolución del concepto de la igualdad de los derechos, que constituye la base misma de toda la moral. Hume consagró un estudio especial a la benevolencia. Merced a la vida agradable que en común llevaban, atrajeron tantos partidarios que, según Diógenes Laercio, no hubieran bastado ciudades enteras para darles cabida. Considerando la naturaleza como un resultado de la acción de diversas fuerzas físicas, la nueva Filosofía tuvo que explicar la moral colocándose en el mismo terreno. Circulaban rumores de que el heredero del trono, Gautama, había abandonado su palacio y su joven esposa, se había vestido humildemente y, renunciando al poder y a la riqueza, se había convertido en un servidor del pueblo. Webvii. En cuanto al instinto social hereditario, se trata de un factor que no tiene importancia ninguna puesto que está poco desarrollado en el hombre primitivo y no puede por lo tanto transformarse en la fuente de los principios morales. Naturalmente, es imposible que el hombre evite por completo las conclusiones falsas y las exageraciones. 37); pero desde el momento en que los hombres forman sociedades organizadas se produce el proceso moral (sin que se sepa empero de dónde proviene) y la lección de este proceso es completamente opuesta a la que la naturaleza enseña al hombre. Barón D'Holbach (1723-1789). El Estado —dice— ha sido creado por la guerra. Pero aun antes se acostumbran a ello individuos aislados, gracias a la experiencia personal; luego una cantidad de experiencias y de conclusiones personales constituye la moral de la tribu, la cual es consagrada después por las leyes y trasmitida de generación en generación. Aristóteles demostró comprenderlo en cierta medida al escribir que el hombre que se encuentra entre dos soluciones posibles hace bien optando por la solución favorable a sus inclinaciones personales, que es la que le proporciona mayor satisfacción. Es necesario, por lo tanto, una ética nueva sobre bases nuevas. (En la revista Man, 1901, pág. Falta la prueba expresa de que esta contradicción entre el yo y el tú —que puede ser considerada como la fuerza animadora de la evolución ética— no se refiere a dos individuos, sino que es en realidad la contradicción entre el individuo y la comunidad. Por enemigo no puede entenderse un miembro de la tribu puesto que según el mismo Wenjaminoff declara que entre una población de 60.000 almas ocurrió un solo asesinato en 40 años, que fue seguido de la venganza de toda la tribu. Así concebía la moral Hobbes y así han opinado hasta nuestros tiempos las clases gobernantes. Pero el apóstol Pablo recurre ya a alusiones vagas cuando habla del perdón de los enemigos y a veces a manifestaciones de carácter egoísta: porque en lo que juzgas a otros te condenas a ti mismo (Epístola a los Romanos, II, I). La Enciclopedia creó el espíritu crítico destructor que más tarde inspiró a los hombres más eminentes de la Revolución francesa. Desgraciadamente este concepto lo tienen todavía hoy los defensores de la pena capital aun en los países llamados civilizados. En fin, en un hombre culto los actos están con frecuencia motivados por ideas muy complicadas sobre finalidades lejanas y a estas ideas las calificamos de ideales. Nada malo o antinatural, nada de lo que destruye las inclinaciones naturales que sirven para mantener la especie o la sociedad, puede ser considerado como bueno o respetable en virtud de un principio o concepto cualquiera de la Religión o del Honor (Sobre la virtud, libro I, parte 2, 3). Como es sabido los defensores de estas ideas fueron derrotados en el Termidor (Junio de 1794), cuando el poder cayó de nuevo en manos de los girondinos que a su vez fueron más tarde deshechos por la dictadura militar. Más tarde expresaron la misma idea Hugo Grocio y varios otros pensadores. Aquí tan sólo nos importa señalar el gran paso que la obra de Mill hizo dar a la Ética, puesto que en ella encontramos una aspiración evidente al fundarla sobre principios racionales, fuera de toda influencia, franca u oculta, de la Religión. Diré tan sólo que Schleiermacher atribuía a los actos morales un carácter triple. ¿Tendrán los pueblos cultos contemporáneos la capacidad creadora y la suficiente audacia para utilizar las conquistas del espíritu humano en bien de la comunidad? En el sentimiento de compasión veía Schopenhauer dos facetas. Con motivo de la aparición de un cometa en 1680, Bayle, en un folleto titulado Pensamientos diversos sobre el cometa —prohibido inmediatamente después de su aparición— expresó por primera vez sus ideas antirreligiosas. Pero como lo ha demostrado ya Darwin vive aun cuando el hombre realiza algo contra su deber, pues entonces experimenta un disgusto. Los apóstoles hicieron de esta idea un uso considerable. Más tarde se ha dado el nombre de virtud a la no resistencia al mal. Naturalmente, el único medio de luchar contra la inmoralidad innata del hombre es, según estos señores, el látigo y la cárcel en este mundo y las penas eternas del infierno en el otro. Exigía mucho de la moral. [116] Godwin, Investigación sobre la justicia política e influencia sobre la virtud y la felicidad en general (2 vols, Londres. Señaló tan sólo que la benevolencia para con los demás, que nace de este sentido y está apoyada y desarrollada por la razón, es de tanta utilidad para todos los seres racionales que el hombre se somete con gusto a los preceptos morales aun sin intervención de la autoridad divina. En todas sus obras reclamó con energía la libertad de conciencia, la abolición de la Inquisición, de las torturas y de la pena de muerte. La necesidad de tener un ideal real nos obliga a examinar ante todo el argumento fundamental que se opone a todos los sistemas de Ética no religiosa. En general toda la parte de la obra de Spencer dedicada a la defensa del egoísmo (Principios de la Ética, 71, 72 y 73) es en extremo floja. Hay que retroceder más de dos mil años, hasta la época del florecimiento filosófico en la Grecia antigua, para encontrar un despertar semejante del espíritu humano. Y así llegó Spencer a la conclusión de que la humanidad contemporánea está todavía lejos de garantizar a los hombres la verdadera igualdad de derechos.[352]. La Ética se encaminaba desde mucho tiempo antes hacia este resultado, pero hasta ahora ha estado tan unida a la Religión que ninguno de los predecesores de Proudhon expresó estas ideas con toda plenitud. Bacon se expresaba en términos muy moderados: en su época la prudencia era necesaria. Cierto es que está en contradicción con los conceptos corrientes acerca de la naturaleza humana y animal, pero es justo. Mucho antes del descubrimiento de la ley de gravitación universal, los griegos y egipcios sabían fijar exactamente el lugar donde tal o cual planeta se encontrará en un momento determinado. Mucho más sencillo y digno es el principio adoptado desde hace mucho tiempo por la humanidad: deben valorizarse tan sólo los resultados de la producción, lo que no repugna a la dignidad personal y la organización económica se reduce a una fórmula sencilla: el intercambio. Kant llegó al convencimiento de que la base de la moral reside en la conciencia del deber. Es la mejor arma en la gran lucha por la existencia que continuamente tienen que sostener los animales contra el clima, las inundaciones, tormentas, huracanes, frío, etc., y que exige de los animales una adaptación constante a las condiciones, siempre cambiantes, del ambiente. También los filósofos que buscan la fuente de la moral en la inspiración divina, dice Spencer, admiten que entre los actos humanos y sus consecuencias no hay una relación lógica al alcance de nuestro intelecto y capaz de substituir a la inspiración sobrenatural. En este punto la Filosofía naturalista difiere mucho de la de los pensadores franceses del siglo XVIII, incluso los enciclopedistas, los cuales prefirieron adoptar ante el problema moral los puntos de vista de Epicuro y de su escuela. Si más tarde en el Cristianismo, así como en el Budismo, se formó la Iglesia, es decir un gobierno de los elegidos con todos los vicios naturales de un gobierno, ello ocurrió contra la voluntad de los dos fundadores. Y concluye el diálogo con las palabras siguientes que pone en labios de Sócrates: Viviendo en comunidad, de un modo justo y razonable, haréis un placer a los dioses y os fijareis en lo divino y claro, es decir en la razón, que constituye la fuerza del alma. Decía, por ejemplo, debes respetar tu propia libertad y la de los demás no solamente cuando esperas sacar de ella un placer o un provecho, sino siempre y en todas las circunstancias porque la libertad es un bien absoluto y por sí sola constituye una finalidad: todo lo demás no es más que un medio. Han de abstenerse de encadenar la actividad del individuo, aunque sea bajo el pretexto de alcanzar una finalidad tan elevada como el bien de la comunidad o de la especie. En una palabra, el cuerpo y el alma son inseparables. En oposición a las doctrinas eudemonistas y utilitaristas que predicaban la moral porque proporciona al hombre la felicidad (según los eudemonistas) o el provecho (según los utilitaristas), Kant afirmó que el hombre ha de ser moral en la vida porque así lo exige nuestra razón. La hipótesis equivale en este caso a la fe; de la hipótesis nace la fe, aunque no la fe dogmática... Kant ha iniciado una revolución en los dominios de la moral, en cuanto ha querido que la voluntad sea autónoma en vez de dejarla inclinarse ante una ley externa. Las opiniones de los clientes, incluidas las valoraciones del producto, ayudan a otros clientes a obtener más información sobre el producto y a decidir si es el adecuado para ellos. Lo que hay de moral en el hombre —afirmaba la Iglesia— tiene su origen, no en la naturaleza, capaz tan sólo de empujarle hacia el mal, sino únicamente en la revelación divina. Así nacieron los Estados centralistas contemporáneos. No solamente los placeres corporales que pueden empujar al hombre a actos malos para con sus semejantes, sino y principalmente el equilibrio espiritual realizable tan sólo cuando el hombre ve en los demás a sus propios compañeros y no a sus enemigos. 5). Ahora tenemos que examinar las mismas costumbres sociales desde un doble punto de vista: desde el de las inclinaciones heredadas y desde el de las enseñanzas éticas que nuestros antepasados primitivos sacaron al observar la naturaleza. Se manifiestan ya en los animales. La Ética, decía, se forma sobre el terreno de la historia. Al contrario, lo considera como a un expulsado por los animales por una grave infracción cualquiera de las costumbres de la sociedad: ha cometido algo hasta tal modo opuesto a las tradiciones consagradas que se ha visto repudiado por todo su ambiente. Los progresos de las ciencias naturales en el siglo XIX despertaron en los pensadores contemporáneos el deseo de elaborar las bases de una Filosofía del mundo sin necesidad de la intervención de fuerzas sobrenaturales —pero no por ello perdiendo la majestuosidad poética capaz de inspirar al hombre ideas elevadas—. ‎. I y Marcos XV.7). La ausencia de inspiración poética en el positivismo de Littré y Spencer, y su incapacidad para dar una respuesta satisfactoria a los grandes problemas de la vida contemporánea; el carácter estrecho de algunas de las concepciones del propio Spencer, el más importante de los filósofos de la teoría de la evolución; por fin, el hecho de que los positivistas posteriores hayan llegado a negar las teorías humanitarias de los enciclopedistas franceses del siglo XVIII, son todos factores que han contribuido a la gran reacción en provecho de un nuevo idealismo místico-religioso. Experimentamos, sobre todo en una cierta edad, dice Fouillée, que poseemos más fuerzas que lo necesario para nuestra vida personal y con una gran satisfacción las empleamos para el bien de los demás. I, 10, 5). Pero esto no basta. Y como no hay acuerdo posible entre esos dos principios opuestos —puesto que el advenimiento del régimen industrial será realizable tan sólo cuando termine su lucha contra el régimen Militar— lo único que resulta posible es predicar cierta benevolencia entre los hombres, para suavizar un poco el régimen actual, basado en principios individualistas. Los pensadores empezaron a buscar en la naturaleza misma del hombre las fuentes naturales de la moral. [82], La vida en común de ciertos animales y salvajes no es todavía el Estado, decía Hobbes. y todos juntos forman sociedades secretas para someter e imponer obediencia a los demás miembros de la tribu, conservar las tradiciones y el régimen establecido. Por esta razón trataron de dar a la Ética una base más amplia, no renunciando, sin embargo, a dar en parte una explicación sobrehumana de la ley moral. Aun más: la Iglesia romana vio en la prohibición cristiana de la venganza un error debido a la excesiva bondad del Maestro y por esto, en lugar de la misericordia, empuñó la espada y encendió las hogueras para el exterminio de aquellos que fueron calificados de herejes.[72]. Luego, a medida que la vida social iba desarrollándose, tenía que desenvolverse asimismo más y más el concepto de la justicia en las relaciones mutuas. El Dios de Spinoza es la naturaleza misma. Las respuestas, empero, habían sido distintas. Spencer abrigaba la esperanza de que al fin y al cabo la vida social alcanzará un desarrollo tal que será posible el máximo desenvolvimiento del individuo (es decir, de la individualidad, no del individualismo), al lado del mayor desarrollo social, Spencer estaba convencido de que gracias a la evolución y al progreso se creará un equilibrio, merced al cual cada uno, al satisfacer las necesidades de su vida, contribuirá de un modo natural y voluntario a la satisfacción de las necesidades de los demás.[147]. Pero por varias causas el movimiento tomó en Francia un carácter distinto que en Inglaterra: las ideas libertadoras francesas penetraron en capas más amplias y ejercieron una influencia mucho más honda en Europa que la corriente iniciada e instigada por Bacon, la cual engendró, sin embargo, una verdadera revolución en la ciencia y en la filosofía científica. Sin embargo, si la Filosofía alemana de la primera mitad del siglo XIX, así como la sociedad de entonces, no se atrevió a romper con las tradiciones feudales, contribuyó evidentemente al renacimiento moral de Alemania, inspirando a las jóvenes generaciones ideales elevados. Desde sus primeros años, va abrevando conocimientos, vivencias y enseñanzas de sus progenitores y familia cercana con quien convive; de ellos depende gran parte de la formación de sus valores; el que pueda determinar sobre el bien y el mal a sus semejantes; el respeto a los demás, en su persona, en sus bienes o derechos. Vamos a analizar brevemente las ideas morales de Kant.[111]. La desigualdad es una ley de la naturaleza —nos dicen los propagandistas religiosos, acordándose esta vez de la naturaleza y apoyándose en ella—. Le consideran como un pariente próximo del hombre, aun como su antepasado. Aun en la más enigmática de las manifestaciones vitales, en el terreno del sentimiento y del pensamiento, donde la razón humana ha de buscar los procesos que le sirven para aprehender las impresiones externas, aun en este campo, el más obscuro de todos, ha podido ya el hombre comenzar a descifrar el mecanismo del pensamiento siguiendo los métodos de investigación adoptados por la fisiología. Así es que la doctrina de Epicuro se elevó considerablemente sobre la moral del simple placer, como lo han demostrado perfectamente muchos escritores y entre ellos Guyau (III, 1 y 4 e Introducción); ella inicia el camino que han seguido Bentham y Stuart Mill en el siglo XIX. [6] En la revista Nineteenth Century (años 1890, 1891, 1892, 1894, 1896) y luego en el libro Mutual Aid, a factor of Evolution (Londres, Heinemann). Todos los grandes reformadores sociales se guiaron por los ideales que construyeron de una mejor humanidad; y aunque es imposible demostrar matemáticamente lo que sea deseable y lo que es realizable en la reconstrucción social emprendida en tal o cual sentido, los reformadores dedican toda su vida y todas sus capacidades a averiguarlo. Empiezan a construir una filosofía crítica centralizada en el … Para conseguirlo había que romper definitivamente con la Ética teológica sin caer empero en el utilitarismo ni en las concepciones de Hobbes y sus discípulos. Al mismo tiempo la Iglesia ponía cuanto estaba de su parte para impedir el estudio de la antigüedad pagana. Los métodos de lucha por la existencia propios del tigre o del lobo son los rasgos característicos de este proceso. Husitas) —La Reforma. Al mismo tiempo tenía lugar un rápido desenvolvimiento de las ciencias, tanto más asombroso cuanto que pocos siglos después, ya en tiempo del imperio romano, pero sobre todo durante la invasión de los bárbaros llegados a Europa procedentes del Asia, el desarrollo científico quedó por completo paralizado durante muchos siglos. Los intereses de la sociedad y los del individuo no solamente son idénticos, sino inseparables. Tales son las exigencias que la moral ha de satisfacer. Tan solo Platón introdujo en la moral un elemento semirreligioso. Tal es la base firme que nos da la ciencia para la elaboración de un nuevo sistema de Ética y para su justificación. Pero en realidad, el sacrificio para el bien de un hormiguero o de una bandada de pájaros, de antílopes o de monos, es un hecho puramente zoológico, que se repite a diario en la Naturaleza; exige de los centenares y millares de animales que lo ejercen tan sólo la simpatía mutua entre los miembros de la misma especie, la práctica continua de la ayuda mutua y la energía vital en el individuo. (la cristiana, la musulmana, la moral de los indios, hopi, etc.). De ahí el espíritu de sacrificio heroico para con las ciencias, sacrificio desconocido de las masas; de ahí los mártires del trabajo y de la industria, de los cuales nada dicen las novelas y el teatro; de ahí los mártires de la libertad y de la patria... Dejadme que me incline ante vosotros que habéis sabido rebelaros y morir en 1789, 1792 y 1830. La serie de sentimientos y hechos que desde Augusto Comte se llaman altruistas puede dividirse en dos clases. Se elaboran, en una palabra, formas sociales. Creía que nuestra razón al juzgar los fenómenos morales e inmorales está guiada no solamente por las consideraciones de utilidad personal o social, como afirmaban los intelectualistas discípulos de Epicuro, sino que hay en la razón algo más general y reconocible por todos. Podemos señalar el efecto de esta ciencia en al menos tres niveles de la discusión en ética: el nivel descriptivo, el normativo y el metaético. 110, Correo Institucional: Por una parte ha dado al hombre una preciosa lección de modestia, enseñándole que es tan sólo una partícula infinitamente pequeña del universo. Y en otro lugar: No hagas a tu vecino lo que no quieras que te hagan a ti. III, 2). No solamente los pobres, a los cuales el Cristianismo prometía la emancipación, sino también algunos representantes de las clases superiores buscaron en él una nueva fuente de vida espiritual. Las ejecuciones en Galilea empezaron ya después de la rebeldía de Judas contra la dominación romana (año 9 de nuestra era). El movimiento mecánico puede transformarse en sonido, en calor, en luz, en electricidad y, al contrario cada una de esas manifestaciones de la energía, puede transformarse en las demás. Pero, al observar estos casos separadamente, constatamos, en cada uno —sobre todo en la evolución de la Europa occidental desde la caída del Imperio romano—, una extensión continua de las concepciones de ayuda y defensa mutuas, desde el clan a la tribu, a la nación y, finalmente, a la unión internacional de las naciones. Por esta razón acostumbróse poco a poco a limitar su propia voluntad ante la voluntad de los demás, y este hecho constituye ya la base fundamental de toda moral individual. Jornada Continua. Lo mismo se puede decir de la Edad Media y esto se comprende porque en dicha época los autores de un asesinato o de una mutilación pagaban una multa distinta, según fuera su posición social. Y tenía mucha razón. Los estoicos, igual que sus predecesores Platón y Aristóteles, enseñaban que hay que vivir de acuerdo a la Naturaleza, es decir con la razón y con las propias capacidades, porque tan sólo una vida semejante puede proporcionarnos la máxima felicidad. Lo mismo repitió la declaración del 24 de Junio de 1793. Eucken está, por lo tanto, completamente en lo justo al afirmar que la idea fundamental del estoicismo, es decir la explicación científica de la moral, la elevación de ésta a la categoría de ciencia y su independencia dentro de un mundo concebido como unidad, se ha conservado hasta nuestros días. Tal vez sería más justo considerar los instintos sociales y paternales como estrechamente unidos, de los cuales los primeros, siendo de origen más antiguo, son más fuertes pero que se desarrollaron en conjunto en el proceso general de la evolución del mundo animal. En tiempos remotos la vida de los ríos y lagos tampoco constituía un misterio para el hombre. Mexico: EBOOK. Pero la cuestión reside en saber lo que puede calificarse de interés general y esto, que tanto había preocupado a Rousseau y a los demás pensadores franceses anteriores a la Revolución, así como a sus predecesores ingleses y escoceses, Kant no procuró en manera alguna tratar de resolverlo. Esta propulsión humana y su intensificación son las condiciones necesarias para la verdadera vida. En la Humanidad primitiva la apropiación franca de todo lo que se puede poseer por la fuerza resultó el medio más racional en la lucha por la existencia. Esta idea ha sido repetida por Proudhon con mucha frecuencia. Si hacemos caso omiso al establecimiento de los valores éticos a los que  nos hemos referido, vislumbramos un caos político, social y económico, que no conducirá a nada, más que a la propia autodestrucción e imperio de la ley del más fuerte o más poderoso, falta de valores o principios, pero vacío e intranquilo en cuanto a su seguridad humana. —Error fundamental de los actuales sistemas éticos. En general no se observa en la Grecia antigua inclinación á la filosofía idealista. Sobre el miedo a la maldición véase la conocida obra del profesor Westermarck. Pero es muy probable que la idea de la recompensa o del castigo de los actos justos e injustos tenga su origen en la idea del salvaje primitivo de la venganza que los animales ejercen contra el hombre por sus malos tratos. En este libro demostró Beccaria que las ejecuciones capitales crueles, que se practicaban a la sazón en Europa, no solamente no desarraigaban los crímenes sino que al contrario contribuían a hacer más brutales las costumbres.